En Michoacán, las comunidades humanas, rurales y urbanas se están dando cuenta de que las instituciones existentes, rebasadas por los problemas de todo tipo, son ya inservibles y que los ciudadanos organizados deben tomar en sus manos la gestión de los recursos, las decisiones claves, la justicia, la producción de alimentos, la educación, la prevención, etcétera.