Desde exorcistas hasta guerrilleros revolucionarios llenan la historia de una de las congregaciones más complejas y contradictorias de la Iglesia Católica: la Compañía de Jesús. En diversas partes del mundo y en Chile, los sacerdotes jesuitas (SJ) han sido acusados de maquiavélicos, la mano tras el trono papal, misioneros izquierdistas, propagandistas inescrupulosos; defensores del pueblo oprimido que han pagado con su vida su compromiso político y social; corruptos, intelectuales, hipócritas, cómplices y estrategas de los poderes establecidos; teólogos brillantes, rebeldes e inteligentes. Como toda entidad humana, la Compañía de Jesús expresa en su interior la lucha de clases sociales que marca de modo explícito y radical el devenir, sobre todo, de las regiones periféricas del capitalismo.