La ola de mandatarios neoliberales que sucedió a los proyectos progresistas y nacional-populares en América Latina se vio impulsada por discursos moralistas y republicanos, sostenidos por compromisos con la transparencia institucional y el repudio a la corrupción estructural anidada al interior de sus países. Esa sobreactuación de sus protagonistas se vio, sin embargo, ensombrecida por la emergencia de repetidos escándalos que han tenido como responsables máximos a los empresarios (devenidos Presidentes) y a sus más íntimos colaboradores.