Mientras explotaban bombas en Santiago para acusar a la izquierda, el mayor Arturo Marshall –que había participado de la intentona golpista en marzo de 1970 – con el general (r) Horacio Gamboa, se disponía incluso a asesinar a Allende. Korry, sin embargo, temía que cualquier “aventura” para obstaculizar el acceso de Allende al Palacio de La Moneda, sede del gobierno, pudiese desencadenar una campaña internacional para culpar a los Estados Unidos y la CIA; y los ciudadanos americanos en Chile correrían peligro.