Que habrá reforma de la educación: sí, sin duda. Lo que no se sabe es de qué tipo, con qué calidad, con qué costos, ni con qué capacidad innovadora y anticipadora. Si no se describen los escenarios posibles para la continuidad del actual sistema educativo en los próximos 10, 20 o más años se hace difícil enunciar los diferentes resultados que se espera -en los mismos plazos- con la reforma en curso.