Como los comerciantes de armas forman el corazón del enriquecimiento de la industria bélica, las venas de los medios de comunicación están conformadas por los avisadores, entre ellos, uno de los principales es el Estado que, desde la recuperación de la democracia, han servido para favorecer los Diarios de la empresa de El Mercurio y COPESA. Los intentos para terminar con esta lacra han sido muchos, incluso, la comisión investigadora de la cámara de diputados y las continuas luchas y presiones de los diputados díscolos, hasta ahora, han sido infructuosas. El Estado se ha convertido en cafiche permanente de estos medios de comunicación, a quienes rinde pleitesía y, por supuesto, los traidores de la Concertación no movieron ni un dedo para salvar los Diarios independientes, entre ellos, Apsi, Análisis, La Época, Fortín Mapocho, entre otros.