El Cardenal Silva, dolido por el hecho, condena la acción violenta del grupo, toma medidas de suspensión a los sacerdotes involucrados, pero busca formas de reafirmar el compromiso del Evangelio con los pobres, sacudido por este llamado de atención de los laicos. En días posteriores, los Obispos latinoamericanos reunidos en Colombia, redactarán los acuerdos de Medellín, con una clara denuncia a la situación de injusticia que viven nuestros pueblos y un llamado urgente a los cristianos a preocuparse por los rostros sufrientes de Cristo entre los pobres. A partir de estudios teológicos que parten en Perú y luego recorren toda Latinoamérica, nace la “Teología de la liberación”, que impactara con sus postulados a toda la Iglesia universal.