Estoy en la categoría de rico y no tengo por qué esconderlo. Como tal, creo que no estamos pasando por un buen momento. Los ricos nos cuidamos, principalmente, porque sentimos que hoy cualquiera se rebela. Nos asusta el clima de descontrol y desorden en el que ya no se respeta nada. También nos sentimos más hostilizados de lo que se sentía uno hace 15 años, y eso se expresa en el estado anímico. Creo que ser rico es difícil, es una responsabilidad, y comparto la existencia del sentimiento de que el mundo escapó de su control.