La crisis iniciada el 18 de octubre, en tanto proceso histórico, ha venido a reconfigurar profundamente el escenario de la correlación de fuerzas políticas en nuestro país. Para quienes tenemos un ideario socialista, esta crisis es altamente desafiante y esperanzadora, ya que determina una ventana de oportunidad formidable para empujar transformaciones profundas en beneficio de las grandes mayorías postergadas.
No queremos cometer el error de la generación que abandonó la movilización a comienzos de la transición. Seguiremos, por tanto, movilizad@s, ya que creemos que es precisamente hoy cuando se debe avanzar con decisión en robustecer el campo social. Hacemos a la vez un llamado a quienes sientan aún ganas de construir desde la izquierda (sin eufemismos) y a fortalecer la articulación entre lo político y lo social, a formar nuevas mecánicas de acción política.
El pueblo de Chile ha decidido hacerse cargo de su propio destino y nos sentimos con el deber de aportar en este desafío trascendental para el futuro de nuestro país y sus pueblos.