La Gran Narrativa Occidental se ha desarrollado y refinado durante siglos para preservar los privilegios de una elite minúscula y expandir su poder. El papel de los periodistas como yo era el de seguir alimentando esos engaños para que los lectores permanecieran temerosos, pasivos y respetuosos frente a esa elite. No es que los periodistas mientan –al menos, no la mayoría-, es que están tan profundamente vinculados a la Gran Narrativa Occidental como todos los demás.