Médicos ayudaron a engañar a los padres:
La investigación de CIPER pudo constatar que fueron varias guaguas de jóvenes solteras y embarazadas las que, en las décadas del ’70 y ’80, fueron entregadas irregularmente en adopción a otras familias. En ocasiones, engañando a los padres biológicos, haciéndoles creer que el bebé había nacido muerto; en otras, convenciendo a la madre soltera de que esa era la mejor opción para el futuro del recién nacido.