Ciencia y fe no suelen casar muy bien, pero hay excepciones, como la del científico y sacerdote católico belga Georges Lemaître, que no solo supone un ejemplo reconocido por la comunidad científica, sino que con gran humildad fue capaz de corregir al mismísimo Albert Einstein. Estamos hablando del padre de la teoría del Big Bang que intentaba demostrar el origen del universo.