Los pobladores, siendo protagonistas y alzando nuestra voz, podremos hacernos respetar, comenzar a exigir lo que por años se nos ha sido negado y transformar todo lo que sea necesario, para que de una vez por todas no sea el Pueblo quien sufra las consecuencias de este sistema que siempre será contrario a los valores de humanidad, justicia y dignidad. Por eso el Pueblo tiene todo el derecho a usar su poder de lucha, su capacidad de movilización y protesta, para que en un día nuevo y un amanecer luminoso, sea el mismo Pueblo quien decida como quiere vivir, con toda la dignidad posible.