No se puede negar que la reforma agraria, iniciada por el gobierno de Frei Montalva, posteriormente complementada por Allende, significó el fin de la sociedad oligárquica, basada en el poder del latifundio; también los cambios cuantitativos en educación fueron muy importantes, sin embargo, la chilenización del cobre más bien favoreció a las compañías norteamericanas, como lo denunciara Radomiro Tomic, y no hubo reforma a la banca, ni menos a la industria.