-Creemos que no es el momento de los absolutismos. Nosotros no decimos ‘nunca vamos a trabajar en una relación público-privada’, eso sería absurdo. Pero también es absurdo aceptar una relación de este tipo, en donde las concesiones de autopistas, cuando vas más lento, pagas más caro, cuando la autopista es para andar rápido. Esa relación de un Estado con complejo de inferioridad frente a la empresa, es inaceptable.