El objetivo no es otro que condicionar a los procesados el pago de sus abogados mientras no inculpen a los Altos Mandos, manejos en donde la Armada de Chile, tiene gran experiencia. Requieren, salvo honrosas excepciones,  de abogados más leales a las instituciones que a los defendidos. No importa que estos últimos sean condenados, lo relevante es que no hablen más de la cuenta en los procesos judiciales.  De esa manera se mantiene el pacto de silencio.