La asunción y primeras medidas del gobierno de Bolsonaro en Brasil, invitan a una reflexión que excede la concepción teórica y política de la ideología para acercarnos -no sin alarma- a cambios importantes en los énfasis de la subjetividad de los dominadores. Es mucho más sencillo desmentir la retahíla de boutades y disparates conceptuales de su discurso de asunción que comenzar a alumbrar la silueta deforme del engendro humano deshumanizado que representa.