Despertaron lo espinos, para hacernos una acupuntura de paz.
Despertaron los tilos para tranquilizar nuestras almas.
Despertaron los álamos para comunicarnos con nuestro cielo.
Despertaron los quillalles para limpiar lo negativo de nuestro pasado.
Despertaron los sauces llorones para darnos un bálsamo de serenidad.