¡Ay, Azúa! ¡El poeta, la esfinge del vacío y la nada! El letrado que trató de denigrar  a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, con ese lenguaje de babosa que tanto agrada a “los hombres que no aman a las mujeres”. El académico ha dicho que la regidora no da la talla para gobernar una gran ciudad, que “debería estar vendiendo pescado en un puesto del mercado”, y que es la muestra viva de “un fascismo simpático y sonriente”.