“Allá [en Parú], todo tipo de luchador popular es objetivo potencial de ser sometido a un juicio de extradición. Si el Estado peruano logra ganar alguno de esos juicios, a los extraditados les esperan años de presidio. La justicia peruana está absolutamente subordinada al poder político, a diferencia de la Argentina donde el Ministerio Público es independiente del Ejecutivo política y administrativamente. En Perú, la justicia depende del Ministerio del Interior hasta administrativamente.”