En verdad, su carácter colonial se explica también por la debilidad del Estado ante el poder de las grandes empresas mineras y de grupos criollos que mantienen una serie de privilegios tributarios que serían inaceptables en una sociedad moderna, donde la riqueza debe ser gravada bajo los principios de la justicia tributaria, donde los que “ganan más, deben pagar más”, aquí ocurre todo lo contrario.