Existen razones de Estado suficientes, para plantear la expropiación de empresas estratégicas como SQM, las que durante más de dos décadas han hecho usufructo de nuestros recursos naturales y minerales, sin que haya existido una retribución real para los chilenos, ni menos una ley de Royalty que retribuya de manera justa la explotación de nuestros recursos minerales.