Los días posteriores al Golpe de Estado de 1973, el Estadio vivió uno de los episodios más oscuros de su historia. Durante 59 días el régimen militar lo utilizó como campo de concentración de prisioneros. Se estima que un total de más de doce mil personas estuvieron detenidas ahí, entre el 11 de septiembre y el 9 de noviembre de 1973, fecha en que se desocupo el complejo deportivo, para un partido clasificatorio para el Campeonato Mundial de Futbol de 1974 en Alemania Federal.