En abril de 2013 y tras una fuerte polémica por los efectos de su uso, Carabineros retiró de circulación una veintena de pistolas de aire comprimido BT-4 Combat con las cuales se lanzaban pelotas de plástico rellenas de pintura en contra de manifestantes. Se suponía que el uso de esta arma tenía por objetivo marcar con pintura a los agitadores agresivos, impactando en sus cuerpos, pero pronto comenzó a dañar manifestantes y transeúntes pacíficos, varios de los cuales resultaron con lesión ocular severa o pérdida de uno de sus ojos.