Aunque Monsanto insiste que el Roundup es tan seguro para los humanos como la aspirina, la investigación de Seneff y Samsel cuenta una historia completamente diferente. Su informe, publicado en la revista Entropy1, afirma que los residuos de glifosato que se encuentran en la mayoría de los alimentos consumidos en la alimentación occidental cortesía del azúcar, soya, maíz y trigo transgénico o genéticamente modificados, “aumentan los efectos dañinos de otros residuos químicos derivados de los alimentos y las toxinas en el medio ambiente, alterando las funciones normales del cuerpo e induciendo enfermedades.”