En Mayo del 2004 comenzó la inundación del Valle de Ralco y 70 familias indígenas fueron “invitadas a vivir en la alta montaña” a más de 2000 metros de altura. Estuvieron sin electricidad durante tres años, usando velas para alumbrarse. Además, los portavoces mapuches que denunciaban la situación de sus hermanos, son perseguidos y condenados por las cortes chilenas, aplicándoseles la ley anti-terrorista instaurada por Pinochet, aunque ninguno de ellos jamás haya sido encontrado en posesión de armas de fuego.