“Son bellas mis flores, me dicen y con ternura cada día mis hojas acarician el viento. Más yo soy un árbol que no desea ser un árbol sin raíz (…)Es bello tu canto y tan profundo como las raíces que te sostienen y no alcanzarás aún a comprender”, dice la letra de “El árbol de la ternura”, un diálogo entre cuerpo y espíritu respecto a la mutua inconformidad. El Cuerpo (persona) y su necesidad de ser mejor espiritualmente y El Espíritu que responde respecto a su necesidad de experimentar lo que no puede vivir por sí solo. La necesidad de equilibrio entre el uno y el otro.
La elección del poema, al igual que todos los músicos que colaboraron en el disco, fue del mismo Tata Barahona, luego de una selección entre las obras de Elicura Chihuailaf que hizo la banda.