Es hora de que la política recupere su puesto prominente en la crisis ucraniana. Esto requiere, en primer lugar, un alto el fuego que debería ser rápidamente acordado por el Gobierno de Kiev y los insurgentes. Todas las energías deberían centrarse en este objetivo. Hay subrayar que este no es, por el momento, el caso, y que es la histeria anti-rusa la que centra el discurso mediático y que hay una serie de puntos importantes que son sistemáticamente olvidados en los comentarios sobre la situación en Ucrania.