De esta manera no llega al consumidor el enorme sacrificio que realiza el gobierno aportando dólares a tasa preferencial a los empresarios privados para que importen bienes básicos o insumos para producirlos, y éstos se quedan atascado en una purulenta mafia de intermediarios, en gran parte controlada por los monopolios y oligopolios del ramo. El ciudadano común nada puede contra este tapón que obstruye las políticas socialistas y corroe la adhesión del pueblo hacia su gobierno. Es necesaria la acción del Estado para importar directamente, controlar y sancionar. Kissinger y Nixon destruyeron el gobierno de Allende en Chile jurando que harían «llorar de miseria» su economía. De nosotros depende que destruyan o no la nuestra. Contra Guerra Económica, Contraofensiva Política.