No he parado de reunirme con todos los que pusieron una paloma, repartieron panfletos, ayudaron de cualquier forma, dibujaron carteles para apoyarme. Me conmueve la felicidad de las personas de La Pintana, de Puente Alto, de Bajos de Mena de que La Abuela sea su diputada. Están felices, esperanzados de que por fin alguien que no se vende los represente. Quieren verme entrar con plumas al Congreso. Quieren ver la cara de los poderosos cuando me tengan ahí y no puedan impedirlo. A pesar de todas las derrotas, de que nos han intentado arrinconar y dejar fuera… los corruptos tienen las horas contadas.