El caso Penta nos muestra que la crisis de la derecha duopólica y de su régimen se intensifica. Como nunca estos hechos expresan la falta de legitimidad de los partidos y de las organizaciones políticas que responden a la patronal. Ni la CUT logró salvarse. Ahí tenemos el caso de Lucía Vega que renuncia a través de una crítica a los dirigentes nacionales por la relación de complicidad que éstos mantienen con la “Nueva Mayoría”. Entonces, la lucha nos desafía a organizarnos para reivindicar la Asamblea Constituyente Autoconvocada. La consigna es: ¡Qué se vayan todos!