Según las indagatorias, Uribe y su representante legal sobornaron a una decena de testigos para que modificaran su testimonio respecto de la participación del político en el Bloque Metro de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Éstas fueron una suerte de federación de grupos terroristas de extrema derecha que operaron de 1997 a 2004. Mediante ligas estrechas con los cárteles del narcotráfico, las AUC se integraron con el fin de combatir a las guerrillas que amenazaban a la oligarquía rural, pero también para exterminar a los pueblos indígenas y campesinos que resistían el despojo de tierras emprendido por los propios terratenientes y sus socios del crimen organizado.