El gobierno de Macri ha sido un cuadro funcional a la reacción de los Estados Unidos a la ola de integración emancipadora que avanzó en América Latina y el Caribe desde comienzos del siglo XXI, ayudando a quebrar todo espíritu de solidaridad y soberanía intrarregional. Por eso, esta derrota representa un quiebre en el mosaico latinoamericano de virreyes neocoloniales montado por la estrategia de la otrora potencia única