Los secundarios conocen como nadie las políticas represivas, entre ellas, Aula Segura y no se sorprenderán ante las acciones que ahora emprenda el Estado contra los voceros de las ACES y otros estudiantes. Ellos iniciaron el estallido social que cambió el escenario político y han pagado con muertos, torturados, heridos y mutilados el derecho a rebelarse contra un país injusto y desigual. Es el momento que exista una solidaridad activa de la sociedad para frenar todo tipo de represión contra los jóvenes movilizados y a su vez, impida una “pasada de cuentas” a los dirigentes estudiantiles desde quienes se aferran a un modelo que los chilenos queremos cambiar en todas sus expresiones. Chile Despertó.