En contra del divorcio, la píldora y el aborto, el nuevo jefe de gabinete nunca ha escondido, ni menos claudicado en sus convicciones, a pesar de ir contra el gobierno en sus cargos anteriores. Pertenece al grupo religioso (Opus Dei) conocido por su vocación de poder, que también integran empresarios y políticos ligados a la derecha. Sin embargo, se reconoce de izquierda y está a favor de la educación gratuita y pública.
«Estoy contra el divorcio, porque la Iglesia está contra el divorcio. No tengo idea de las razones teológicas, yo no soy teólogo. Creo en todo lo que dice el cardenal. Él es mi autoridad religiosa».