Como la espeluznante cultura de los controles de identidad, que durante la dictadura se llamaron detenciones por sospecha, aunque pudieran haberse nombrado de cualquier manera, porque en ese aciago periodo no se requerían signos para detener y matar. En aquella época se buscaba desplegar el terror para instalar el control social, ese era el fin último de la dictadura: el disciplinamiento absoluto de la sociedad a través del miedo. La dictadura te detenía para identificarte, amedrentarte, desmovilizarte, desorganizarte, castigarte. El control preventivo tenía como objetivo el control definitivo del individuo y del colectivo.