El pueblo debe movilizarse decididamente para exigir que el proceso constituyente que ahora se abre pueda dar cabal expresión a sus sentidas demandas de justicia social, trato igualitario, fin de los abusos y privilegios, término de la corrupción, efectivo respeto a los derechos humanos y castigo a quienes los violan. En suma, debe hacer valer con fuerza su derecho a que éste sea un proceso limpio y transparente, efectivamente democrático, sin trampas ni cortapisas.