Desde el 13 de octubre venimos celebrando, inmersas en una vorágine de sentimientos encontrados —el orgullo, el alivio, la alegría, esperanza y zozobra se entremezclan y desembocan en una nueva dimensión emocional para la cual aún no hemos hallado el término apropiado— lo que representa un gran logro para las clases populares del Ecuador […]. nos negamos a asumir la normalidad. No cesaremos en nuestra inextinguible batalla, junto con todxs aquellxs compañerxs con lxs que la senda de la persistencia y la fe en la posibilidad de transformación nos lleve a toparnos, por desmantelar la normalidad, por comenzar a construir lo extraordinario que sería ver la dignidad convertida en costumbre.