Me duele tanto constatar que muchos de los comentarios de la gente “COMECURAS” que conozco-entre ellos los de mis propios hermanos de sangre y de algunas amistades- respecto de su apoyo explicito al Obispo Barros, son comentarios que tienen mucha razón, a tal punto que delante de estas personas, no tengo argumentos, se me caen todas las seguridades, me quedo muda, humillada, avergonzada,  huérfana, triste.