[…] las acciones del matrimonio de médicos en beneficio de la comunidad y los pobres del campo (consigueron ayuda para construir un pequeño hospital, que pudiera llamarse tal), serían calificadas por los agentes de la Dictadura, como formas de entrenamiento subversivo que a Eduardo González le significarán ser detenido, torturado y hecho desaparecer, es decir, ser asesinado secretamente; mientras su esposa será encerrada en la Cárcel del Buen Pastor, donde debió dar a luz a su primero hijo, en el más completo silencio, y con la limitada atención médica que pudieron suministrarle otras prisioneras como ella.