La izquierda, la que aprendió las lecciones de la historia, debe volver a convocar y a estar presente, no puede continuar andando de prestado. Nunca hemos sido un asunto menor para vestir de mendicantes. Siempre hay que dejar constancia, porque el rumbo de la izquierda es cambiar la sociedad para provocar los cambios profundos y derrotar a la miseria, defender e instaurar los derechos inalienables. La izquierda no necesita dar muestras de consecuencia ante nadie ni nada, sencillamente porque haber intentado acortar los tiempos de la dictadura es el peso y el precio que se pagó y que los nuevos no quieren cargar….allá ellos.