La estrategia del Gobierno, si se le puede denominar así al conjunto de medidas improvisadas y erráticas del Ministerio de Salud, fue un estrepitoso fracaso. La cesantía y el hambre han comenzado y las ollas comunes proliferan en todo el país. Es inminente una triple crisis: sanitaria, económica e institucional. El gran empresariado, en el intertanto, insiste en “la responsabilidad de las personas” haciendo vista gorda de la dura realidad de millones de habitantes de nuestro país.