Consecuencia de la política que en estos momentos aplica el Gobierno Federal de Estados Unidos el país se ha convertido en uno de los mayores gestores de activos energéticos del mundo, con 2.400 millones de acres de explotación, en tierra y mar, de carbón, petróleo y gas. Estos terrenos de propiedad pública producen el 42% del total de carbón, el 24% de la producción petrolera y el 13% de la de gas.