El resultado final del proceso será una plataforma programática coherente y equilibrada en términos fiscales. Así, no sólo habremos construido el Frente Amplio que soñamos: heterogéneo y con el poder en los territorios, sino que además habremos demostrado que la priorización política y la responsabilidad fiscal no requiere restringir la participación masiva y vinculante de la ciudadanía, restricción que, vale la pena recalcar, le ha quitado sustantividad a nuestra democracia.