La nerviosidad y la preocupación tanto de los partidos políticos que integran el Chile Vamos, o sea, la derecha política como también de los partidos opositores, especialmente, aquellos que conformaron en su momento la Concertación y la Nueva Mayoría, gravita y consiste en el hecho, central y fundamental de la actual coyuntura critica, la rebelión social popular y de la ciudadanía de subpolítica, no se detiene ni disminuye. Todo lo contrario. Esta sigue prescindiendo de lo que el gobierno y la clase política están realizando. En otras palabras, la insurrección no le interesa ni presta atención a lo que el gobierno o los partidos políticos opositores, plantean o hacen.