El solo hecho que Chile y Perú hayan resuelto su controversia marítima a través de la Corte Internacional de Justicia constituye un triunfo para ambos países. En un mundo en que todavía se suele recurrir a la matanza colectiva entre seres humanos –la guerra- para “resolver” conflictos internos o internacionales; haber utilizado un método civilizado, pacífico y justo como recurrir a La Haya significa un gran beneficio para los pueblos de ambos países.