Chile debe saber que las y los sobrevivientes que prestamos declaración en la primera Comisión de Prisión Política y Tortura el 2004, lo hicimos bajo el entendido que nuestros testimonios serían públicos y que se dejaría constancia de ellos en publicaciones y registros audiovisuales, para que las nuevas generaciones supieran de las bestialidades cometidas en contra de una ciudadanía indefensa.