La crisis del sistema de seguridad social se produjo en parte por una presión que ejerció el Fondo Monetario Internacional (FMI), que exigió medidas extraordinarias de austeridad, las que rechazó el gobierno a favor de una reforma moderada que irónicamente fue utilizada para manipular a la gente diciendo que el gobierno estaba quitando sus pensiones. Ahora esos detalles pierden importancia, ya que las fuerzas de la derecha pro imperialista buscan imponer un cambio de gobierno y no les interesa debatir cómo salvar la seguridad social de los y las nicaragüenses. Su agenda en el diálogo nacional fue ampliamente descrita por el canciller como un -golpe de estado disfrazado de democratización-.