Al día siguiente, en mi propio taller, ya que no tenía oficina, inicie los trabajos de lo que sería todo un proceso de Rehabilitación del Cerro Blanco. Organizamos el traslado de los pobladores que vivían allí y los llevamos a un campamento de emergencia en Conchalí. Lo primero que hicimos fue iniciar el trabajo de reforestación del cerro, recuperar la flora y la fauna. La situación era tan deplorable que los periodistas le llamaban al cerro “El monumento al abandono”.