Con estupor vemos el “Fallo de Ovalle”. A la ya horrible noticia de conocer cómo una mujer más es violentada dramáticamente por su pareja, debemos sumarle la inédita decisión judicial que pone como “atenuante” de la causa la infidelidad de la víctima. Sí, leyó bien: “atenuante” de infidelidad. Porque después que Marco Antonio Olmos Barrera golpeara en el cráneo (hasta la fractura) e hiriera con unas tijeras de podar el cuello y cabeza de su esposa, el Tribunal Oral en lo Penal de Ovalle aceptó la posición de la defensa y rebajó la pena para el homicida frustrado, considerando la infidelidad de la mujer como una razón de peso para justificar el estado emocional del agresor.